jueves, 2 de junio de 2016

Sipnosis


                                                 

¿Y si el amor no fuera solo una energía entre dos personas?, ¿y si abriéramos el alma y los sentidos a esa energía para descubrir que tenemos capacidades que no utilizamos?, ¿y si el camino no fuera tan lineal como pensamos? ¿y si nuestra historia no acabara nunca? ¿y si la verdad universal no tuviera nada que ver con lo que hemos creído hasta ahora?

Si Esperanza, cerrando los ojos, pudiera repasar toda su existencia, contemplaría tantas realidades, que le parecería mentira haberlas vivido. Su niñez feliz en un pueblo al sur de Europa, en una familia con cierta posición, con un futuro que le auguraban sencillo y encasillado en los prejuicios de la época. Una vida previsible, patriarcal y apacible. Pero ella, rebelde por naturaleza, se deja llevar por su intuición y su corazón, y su futuro cambia en el mismo segundo que descubre que la verdad no es todo lo que ve, oye o toca. Que la vida tiene más de una dimensión; que puede amar sin conocer; perseguir un sueño que es más real que la vida misma y luchar por personas que ni siquiera conoce pero que cambiarán para siempre su vida. Es una búsqueda interior, por los mayores temores y mejores deseos. También exterior, por una Europa convulsa y hostil. Porque todas las decisiones que tome con cada paso que dé, cambiarán definitivamente su alma, su mente y su corazón, pero sobre todo, la Historia.

Código Ámbar es una novela de ficción y real al mismo tiempo, tridimensional y atemporal. En ella se habla de sentimientos, de temores, de la fragilidad del amor, de bondad, de maldad y de lucha. Es una búsqueda espiritual, un conflicto constante, una apertura a otra forma de ver al ser humano, por aceptar lo que somos y reconocer el miedo como parte de nuestro enriquecimiento.

Los nazis, pero sobre todo, las SS y la Ahnenerbe, están detrás de toda la historia, porque ellos forman una parte importante de la misma. ¿Qué conocemos en realidad de ellos?, lo que nos dicen los libros de historia, los retales conseguidos por los aliados, una porción mínima de un pastel mucho más grande.

La ahneberbe, con sus 43 secciones, de las cuales apenas nada se sabe. Se habla mucho de la búsqueda de una fuente de poder, en el Tibet, en objetos sagrados, etc. Pero ¿y si la fuente de poder no estuviera en los objetos, sino en las personas?, ¿y si el verdadero poder estuviera en el conocimiento de otras dimensiones y la posibilidad de viajar entre ellas?, ¿y si algunas personas tuvieran el don de saber la verdad y ese fuera el auténtico poder?


Elisa Campos

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